SOÑANDOTE

Anoche dormido
te sentí
en mi almohada,
con tu respirar
sereno
y tu espiga
dorada.
Rodeé tu cintura
amando
tu trigo,
te colmé
de besos
y soñé contigo.
Desperté
buscando
el verde agua
de tu mirada
y las caricias
soñadas
que mis manos
te regalaban.
Extraño tus besos,
tu sonrisa clara
y te seguiré
soñando
junto a la mar
salada....
TE AMO.

VOLVER

                                                                     Te abracé

y nos besamos.

Te marchaste

y yo anhelaba

tu mirada.

No volviste

la cabeza,

yo sabía

que llorabas

Quería ver

una sonrisa

en tus labios

y en tus ojos

y no encontré

nada.

Tengo el recuerdo

de tu figura,

presurosa

buscando la salida.

Luchando

contra el nudo

que oprimía

mi garganta

me juré

que volvería

a tus brazos,

a tu cuerpo,

a tu vida

y a tu casa...

TE AMO

José

DORMIDA

Dónde está
la mujer
que más quiero?
Dónde
el amor
de mi vida?
Dónde
el tesoro
de mi alma,
dónde
esa boca
que me da
amor y vida?
...Está dormidita...!
No la despiertes.. -
Responde
su corazón -
Ella te ama,
cuando despierte
sonreirá
como cada mañana... -
Me ordena
silencio
y yo obedezco.
Duerme,
mi vida, duerme
y sueña
que estoy
en tu cama
esperando
tu sonrisa
de la que soy
dueño...
TE AMO.

TREINTA DÍAS ...

Treinta días...
amor, treinta días
bellos y deseados.
El cielo
he sentido
entre mis brazos
con su azul
diferente,
luminoso y cálido.
Treinta noches...
amor, treinta noches
de luminosas
estrellas,
colgadas
en el placer
del firmamento.
Treinta besos...
amor, treinta besos
que sentí
de tus labios
cada despertar,
cuando veía
tu cálida sonrisa
a la luz
de la mañana.
Treinta lágrimas...
amor, treinta lágrimas
que bebí
de tus ojos
en la despedida
saboreando
la hiel salina
en mis labios.
Amor, la vida
resta un día
a un nuevo
y definitivo
abrazo,
para volar juntos
sobre el mar
y bajo el cielo...
Te amo.

QUERIDO AMIGO...(A Emilio Vazquez)

Un remanente

de sentimientos
fluye
feliz y cristalino,
y se diluye
por los caminos
que llegan
al corazón
y al alma...
Un remaniente
de poesía
que brota
de tu pecho,
que surge
por tu garganta
y me deja
satisfecho.
¡ Que no se agote,
querido amigo,
ese manatial
sereno...!
¡ Que corra
su agua,
como tinta
hacia tu pluma
y la esparzas
sobre el papel
en un canto
de amor
y de cuna...!