La madrugada
se acentuaba
en mi hemisferio,
entre risas
y promesas,
No importaba
el sueño,
ni el cansancio.
Sólo se sentía
el rumor
de la respiración
en los auris
y el palpitar incansable
de dos corazones
plenos de amor.
Eres tú, soy yo
que buscamos
la piel del otro
para hacer
más llevadera
la obligada distancia.
-¡ Hasta mañana, mi amor...!-
-¡ Buenos días , tesoro...-!
DE GOLPE TE HAS VUELTO DE NUEVO PROLÍFICO POETA, Y ES QUE, EL AMOR ACELERA ESA FACETA; Y LA DISTANCIA NOS HACE OLER LO HEDIONDO A FRAGANCIA; Y, AL REVES: LAS ANOSMIAS SE ALTERAN, Y EL PINO NOS HUELE A CIPRÉS.
ResponderEliminarABRAZO.
E.V.S.