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miércoles, 6 de junio de 2012

INDIFERENCIA.




Vivía soñando que me vieras
marcando en el aire
señales que demostraran
que también existía.
anteponiendo la esencia
que para otros sobraba
y de la que yo carecía.
Pero no eran suficientes
para tu vehemente ceguera 
por que nada mío valorabas
y restabas importancia
al valor que yo les diera.
No supiste medir
con el rasero que me pertenecía,
con el mismo cariño
a quien te sabía a su lado
y a quien te idolatraba.
Pero el pedestal era tan grande
dentro de mi corazón
que de él nunca te desterraba
aunque razones sobraban.
No sé que se torció en mi vida
que marcó tanto mi inocencia
y pagué muy alto tributo
por ignorar mi presencia.
Y aprendí a caminar solo,
sin que tu mano rozara
la piel de mi mejilla
que tu caricia extrañaba.