Si llegas a mi casa y no estoy,
no pienses que me he marchado,
piensa que he salido, tal vez enojado,
a comprar huevos donde siempre voy.
Salgo buscando el aire que me falta,
sabroso de sinceridad y frescura;
aire que me da vida y ternura
y me envuelve en su conexión exacta.
No quiero estar entre mis cuatro paredes
más tiempo del que sea necesario.
Salgo, entro, busco el noticiario
y extiendo con ilusión mis redes.
Quiero capturar las debilidades
más recónditas y diferentes,
rodeado siempre de buenas gentes
que entusiasman con sus verdades.
Así, que si llegas, llámame a viva voz
por mi nombre y contestaré a tus llamados,
te recibiré como siempre he deseado
con todo mi corazón y mi amor.
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