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viernes, 7 de febrero de 2014

TÚ...




No llegues tarde
que te estoy esperando...

Dios me bendijo el día
que tus ojos se posaron
como mariposas etéreas
sobre el triste cuerpo mío.

No hay nada que pueda cambiar
lo que nosotros sentimos,
ni mal que desarraigue
lo que ha creado el destino...

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