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jueves, 8 de enero de 2015

ANTOJO DESMESURADO ...







Caíste derrotada por mi severa lanza,
desnuda, piel trigueña, con una luz en tu mirada...

Dejé a tu libre albedrío mi cuerpo, antojo desmesurado,
para que tomaras de mi piel el dulce apetecible o salado.
Voraz llegaste desde mis pies a mi ojos, sabia
de amor, poniendo la saliva de tu boca en mis besos.

El aire no era suficiente. El fuego quemaba mis entrañas,
estaba dentro de ti, muy adentro, sintiendo
los embates de las olas sobre la arena de mi playa
y la voz tu sangre que en mi corazón se escuchaba.

Dormías cuando una sonrisa quedó marcada en tu cara,
te contemplé, acariciando tu pelo, mientras sonreías enamorada...



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