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lunes, 9 de febrero de 2015

SU CORAZÓN NO ME PERTENECÍA...






Creía que era libre cuando puse mis ojos en los de ella
y la seguí alrededor del mundo tras su blanca estrella...

Enamoró mi vida, enamoró mis sueños
pero nunca me dijo que su corazón tenía dueño.
Sus palabras eran dulces, su boca un veneno,
cuando mojé mis labios en ella creí que el cielo me besaba.

Su voz fue mi eco, sus ojos mis espejos, mi vida
le pertenecía más allá de lo que imaginaba el vuelo.
Fui tan suyo que no me reconocía, la creí tan mía
que pensaba que ni la muerte al infierno me llevaría.

Por eso cuando me dijo que se iba pensé que me moría
pero enseguida comprendí que su corazón no me pertenecía...


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