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domingo, 1 de mayo de 2016

CONVICCIÒN...




Lo vi subir y bajar por las escaleras
con su prisa de siempre.
Un saludo, tres palabras
y se fuè sonriente.
Esto es lo que queda... lo que hay,
tantos años despuès.
La cosecha no debiò ser la que es,
ni tampoco es la que debiera ser.
No me quejo ni me lamento,
cumplì con mis deberes de ayer,
y hoy por eso nada recibo.
Es lo que tenìa que ser.
No me importa la soledad,
ni tampoco me importa el olvido,
tengo la conciencia tranquila
y lo volverìa a hacer otra vez...


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