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sábado, 20 de agosto de 2016

MADRE...




Yo quisiera volver a ser niño
y mirarte otra vez con los ojos de la inocencia,
saberte en el pedestal màs alto, madre,
y te debìa por ello, amor, cariño y obediencia.
Admirada siempre hasta la saciedad de tus desvelos,
enarbolando la bandera de un solo hombre,
llevando la humildad entre las paredes de la espera
y compartiendo la esperanza que llegarìa en un sobre.
Nunca pude comprender muchas cosas,
limitado por ausencia de sonidos en mi vida,
pero supe aprender de la humildad
de una palabra tantas veces repetida.
Tu ausencia limita los verbos del ayer,
solo quedan los recuerdos para mañana,
por que te fuiste entre mis manos sin saber
que en nuestro ùtimo abrazo yo tambièn lloraba.



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