A veces me encuentro solo con la compañìa de la luna,
sin que nadie responda a mis palabras,
solo con la presencia lejana de un recuerdo
que inspira mis versos como ninguna.
A veces siento que nadie me escucha cuando hablo,
que a nadie intereso màs allà de dos minutos,
que nadie quiere saber de mi, ni recibo
los abrazos que consuelan las làgrimas de mis silencios.
A veces pago caro el precio de mi libertad,
pero cuando llega la noche me acuesto tranquilo,
lloro cuando por algo merece la pena llorar
y si rìo, rìo con la sonrisa prestada de un mendigo.
Pero no quiero màs de lo que tengo, ni me quejo
por la indiferencia que muestran algunos,
no voy a vivìr màs de lo que Dios quiera
y esa vida la quiero vivìr en paz conmigo...
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