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viernes, 25 de noviembre de 2016

¡AY, DIOS MÌO...!


Resultado de imagen para silencio de camposanto

Venìa caminando solo por la vereda,
deshojando recuerdos uno a uno,
con la paz marchita de mis años
aliviando mi cansancio a la sombra de una encina.
Se divisaba el pueblo entre los pinos,
blanco inmaculado, oloroso a fiesta,
donde la mùsica y el jolgorio en la distancia
desde la empinada cuesta se escuchaba.
El majuelo y la ahulaga, el quejigo y la zarza,
las piñas muertas y las bellotas tempranas,
daban un aire de nostalgia a mi corazòn
y, a veces, el susurro del aire me emocionaba.
Crucè la puerta de hierro del camposanto
que olìa a flores, a cal y a lentisco en rama,
y guiè mis pasos a un destino infinitas veces caminado
donde un doloroso sentimiento oprimìa mi alma.
Besè su retrato y una sonrisa pintò mi cara,
devolviendo la alegria a quien allì moraba.
 Se detuvo el viento y enmudecieron las campanas...
¡Ay, Dios mìo, cuànto la amè, cuànto la amaba...!



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