Ella se viste cada mañana
con una sonrisa alegre y perfumada.
No sabe que yo la contemplo
con esa mirada mìa, enamorada.
Sigo sus pasos descalzos por la casa
y admiro cada pregunta sin respuesta,
sonrìo cuando me quiere decir algo
y en silencio pongo un beso en su boca.
Va dejando su olor entre las flores,
el eco de su voz se escucha en las paredes,
brilla el amor en sus ojos en cada mirada
y lleva su pelo recogido como todas las mujeres.
Se va dejando una estela de suspiros,
acompañada de su sombra y mi recuerdo
y yo me quedo esperando su regreso
con las mariposas suspirando por sus besos...
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