Desde el cielo gris
la tormenta
se descarga
y apagó las luces
que me guiaban.
Busqué senderos,
a oscuras,
que me llevaran
al origen
de la tempestad
cuando
hasta mis huesos
mojado estaba.
Llamé al sol,
supliqué
a la luna
y nadie
me contestaba.
Si vuelve la luz,
si se hace el día,
llenaré mi corazón
de sus rayos
para continuar
andando
por los caminos
de esa mano
que me llevaba...
la tormenta
se descarga
y apagó las luces
que me guiaban.
Busqué senderos,
a oscuras,
que me llevaran
al origen
de la tempestad
cuando
hasta mis huesos
mojado estaba.
Llamé al sol,
supliqué
a la luna
y nadie
me contestaba.
Si vuelve la luz,
si se hace el día,
llenaré mi corazón
de sus rayos
para continuar
andando
por los caminos
de esa mano
que me llevaba...
Te has vuelto poeta. ¿Qué ha pasado aquí?
ResponderEliminar-¿Es usted poeta?
-Hasta la chaveta.