Los dias pasan
y una estrella ilumina
mi horizonte.
Su estela, divina
y pragmatica,
de ilusión concebida,
me alumbra el camino
en el que dejé impresas
mis huellas, profundas
y visibles sobre la tierra.
Los dias se restan
sobre el calendario
y van cayendo sus hojas
al borde de la vereda.
Mi equipaje es liviano,
su peso es de ilusión,
su contenido: mi corazón.
Echaré a andar
sobre el viento,
caminaré sobre las olas,
llevando en mi hatillo
el aroma de las flores
y el canto de las caracolas.
Y cuando te abrace
te sentiré latente
en mi cuerpo
impregnado de tu aroma...
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