Cien veces he caído
en esta vida,
arañando con mis uñas
la caíday sus consecuencias.
Cien veces me he levantado,
el corazón caliente,
la frente ergida,
la sonrisa coherente
y los ojos de haber llorado.
Cien veces me he sacado
el puñal del desconsuelo,
y otras más abrí mis alas
para emprender el vuelo
con la humilde convicción
de no haber sido derrotado.
Y tengo la certeza
de que este es mi destino,
pero aquí estoy Dios Divino
dispuesto a levantarme de nuevo
por que no voy a vivir arrodillado...
Cien veces... ya ha es pasado...