Me levantè pensando en ti, me lavè la cara
y me mirè al espejo con tu mirada.
El cristal me devolvìa el silencio pardo y la lluvia
de tu hemisferio que en mi cara yo secaba.
Senti mi cuerpo àvido de ti, imaginè que tu ausencia
era la mìa y que latìa tu corazòn en el mìo,
que estabas junto a mi, abrazada a mi espiga,
sedienta de abrazos al amanecer... y sonreìa.
Y sonreìa al mirarme al espejo, donde tantos versos
escribì con el pensamiento, donde tanta ternura
extrañè, donde echè a volar mi ùltimo beso...
donde pude sentir el aroma inconfundible de tu cuerpo.
En mis ojos se veìa la luz de la esperanza, el brillo
de una estrella que reluce en el amor del cielo.
Un suspiro hondo, muy hondo, saliò de mi pecho
cuando contè en el calendario los dìas...
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