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lunes, 6 de agosto de 2018

ABRÍ SUS PIERNAS...





Abrí sus piernas despacio, muy despacio,
mientras miraba sus ojos y sonreía.
Pintada su alma de deseo, esclava
de esos sueños que conmigo quería.
No pude evitar amarla con locura,
restregando por su cuerpo mi saliva.
Sedienta de placer se entregó a mis manos,
suspirando cuando acompasamos la melodía.
Hubo destellos de fuego en su mirada
y luces que la enamoraban en la mía.
Ella se aferró a mi espalda, locura
escrita en versos, yo entraba y salía.
Llenó de su esencia mi carne
y al llegar las olas su cuerpo se contraía.
Un mar incontenible inundó su boca de gemidos
que chocaban en la roca que dentro sentía...


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