Aquí estoy...
mirando de frente,
sin miedos
ni recuerdos del pasado,
sin rencores
ni heridas sangrantes
que aflijan
mi corazón y mi alma.
Aquí estoy...
esperando el amanecer,
donde las gotas de lluvia
mojaran mis manos
y con su agua lavaré
y secaré de mis ojos
las lágrimas
que ya he llorado.
Aquí estoy...
con mi paz infinita,
como bálsamo inmaculado,
sintiendo la convicción
de que en mi vida
sólo quiero estar a tu lado.
Aquí estoy...
hasta que Dios quiera,
como estaba escrito,
y cuando me marche
dejaré por siempre
el calor y la huella
de mi amor infinito
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