
No he sentido nada
cuando me he cruzado por la calle
a una linda mariposa que volaba
moviendo con gracia su talle.
Se habrá vuelto transparente
a mis ojos y mi mirada,
se perdió entre la gente
su figura difuminada.
Se habrá evaporado al mundo,
de ella ya no quedan sus colores,
la miré solo un segundo
y no recordé sus flores.
Se le han caído las alas
y no sonríe como solía.
Lleva sus intenciones claras
y el arma reluciente y fría.
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