Llevando el amor
hasta donde màs duele,
dejando el corazòn
en la distancia exacta,
poniendo, cada dìa,
toda la carne en el asador
y una sonrisa
donde la amargura era la salsa.
Queriendo endulzar con azùcar
la esencia
que fluye de los limones
de la nostalgia,
olvidando al amanecer
el dolor del cuerpo
para seguìr en la lucha
y en la esperanza.
Màs no habìa nadie
que valore las tardes grises
en soledad,
con una palabra dulce
para quien ama...