No volverè a apostar al mismo nùmero,
por que la suerte se convirtiò en dolor,
no volverè a los brazos que envolvìan
de todo aquello llamado amor,
donde solo quedaron sombras de dudas,
musicalidad de versos y libre mi corazòn.
Nùmero infinito de cifras, dos a dos,
envuelto en suspiros de nostalgia...
Quièn me dijo que yo mandaba en su corazòn...?
Quièn escribiò aquellos poemas que el viento se llevò...?
Està anocheciendo en mi vida, el invierno a mi alma llegò,
a veces, cualquier tiempo pasado me parece mejor...
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