No se cuantas veces
ha amanecido en mi vida,
cuantos otoños han dejado
sus hojas a mis pies.
No se cuantas veces
he contemplado la luna
y las noches de vino amargo
que no calmaba mi sed.
No se cuantas primaveras
he visto florecer,
ni las gotas de lluvia
que han mojado mi piel.
No se cuantas tardes
caminè de tu mano
ni las veces que en silencio
recordàndote llorè.
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