Me quedo a vivìr en los pètalos de tu rosa,
en la ardiente arena de tu desierto,
en la orilla salada de tu mar
y en el aire infinito de tus silencios.
Me quedo a vivìr en el vino de tu boca,
en el tiempo eterno de tu alma,
en los espejos pardos de tu mirada
y en el arroyo cristalino que baja desde tus pechos.
Me quedo a vivìr en la caricia de tus manos,
en el latido màs lento de tu corazòn,
en el manto oscuro de tu noche
y en los amaneceres estivales de tus besos.
Me quedo a vivìr en el agua fresca de tu boca,
en el tañer de las campanas de tu voz,
en las palabras que pronuncian mi nombre
y bajo el cielo azul que cobija nuestro amor...
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