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sábado, 24 de marzo de 2012

DONDE YO QUIERO...


 


Cuando abandone este cuerpo que habito,
envoltorio que me asignaron,
y reine el silencio en el crepúsculo
de mi noche más larga,
no quedará nada digno que contar,
ni de ser recordado, como yo quiero...
Siempre quise pasar por la vida,
sin ruidos de panderetas
ni alardes de medio pelo;
me quedará el sentido común,
que es mi mayor consuelo,
de haber marchado de este mundo
con la dignidad que yo quiero...
Y cuando sólo queden cenizas
de éste papel que me envuelve,
lanzadlas sin miedos al viento
que él me llevara donde yo quiero...
Por que él sabe de mis sueños,
llorados una y mil veces en silencio,
y por eso le he pedido que cada átomo
de éste humilde, soñador y sincero
tenga un lugar  donde yo quiero...

6 comentarios:

  1. Así quiero marcharme yo, sin hacer ruido. Pero, claro, no sabría contarlo tan bien como tú.
    Hermoso poema.
    Un cordial saludo.

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  2. Sentido y emotivo me ha parecido amigo...

    Un abrazo desde la lejanía.

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  3. Me alegra tu comentario Mercedes Pinto, saber que pasas por el rincón de mis letras... Tú también sabes contarlo y mejor aún.
    Gracias.
    Un saludo.

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  4. Fiel a mis escritos amigo mío... Te agradezco tu cortesía de visitarme...
    Muchas gracias.
    Un abrazo.

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  5. Que tristeza cariño, creí que lo nuestro, una historia con tanta entrega y amor sería digna de ser contada. Uno no se juega la vida ni la familia por algo que no merece ser recordado.
    Creo que ese día te llevaras el recuerdo de los graznidos de las gaviotas, las lágrimas de emoción derramadas, el abrazo de tu madre, y tantas estelas de tu paso que marcaron la vida de quien te amaba.

    Cecy, tu compañera y quien te conoce más allá de las letras.

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  6. Cariño: entiendo que el poeta escribe y quien lee interpreta... Siempre he querido pasar por la vida sin ruidos, sin alardes, en definitiva sin pena ni gloria, como lo estoy haciendo, para que nadie tengas nada que decir, ni bien ni mal, el día que me vaya... ¡ Todo en la vida es digno de ser recordado... Todo.! Yo nunca olvidaré lo que hemos vivido, tampoco lo voy a contar, ni olvidaré nunca el graznido de las gaviotas, que fue mi primer desconocido que escuché y menos aún el abrazo de mi madre...
    Te quiero infinito.
    José.

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