Mar entre dos océanos
donde las olas
serán mañana la harina
del pan de nuestra alacena.
Donde las olas llevan el sustento
que a los pobres cuesta,
olas de dorado color
que darán satisfacción mañana,
cuando en el viejo horno
el panadero te cueza.
Olas que el arado
fue marcando sobre la tierra
dando sentido y forma
a la semilla dispuesta.
Y serás la sonrisa,
la alegría y picaresca
de la chiquillada
cuando estés en la mesa,
la admiración de sus padres
dando gracias al cielo
con la oración por respuesta.