La esparce entre los renglones
dibujados sobre el papel liviano,
distribuyendo sus emociones
con la destreza de su mano.
Y riega sobre el surco
dejando manchas de colores
de sentimentalismo noble y bifurco
desde el anochecer a los albores.
Busca la rima en el texto,
la musicalidad de las palabras,
sin salirse del contexto
para que su corazón se abra.
Va dejando una estela
de ilusiones y fragmentos,
nobleza apasionada, una vela
que se prende en sentimientos.
Así es mi poeta, un ser apasionado,
que llama a las cosas por su nombre,
silencioso, humilde, enamorado,
para que nadie se asombre.
Y lleva en su alma el sentir austero,
clama al cielo entre oraciones,
trabaja su tinta con esmero
dando vida y amor a sus canciones.
