He sido señalado con un dedo acusador, reo de una sentencia
que dejó en mi vida un agrio sabor cuando supe de mi inocencia...
No voy a dar vueltas al asunto por que tengo limpia la conciencia
además he vivido siempre en el más humilde anonimato
demostrando que en mi cara y en mi alma brilla la transparencia
y quien me conoce sabe que no soy poeta barato.
He amado, amé y amo siempre con los cinco sentidos
hasta que el corazón me estalla de tanto amor, entonces dejo todo
sin volver la vista atrás y aunque se escuchen los ladridos
de los perros al ladrar, yo voy caminando, solo, a mi modo.
Que nadie vuelva a señalarme sin una prueba demostrable,
y si la demuestra, conocerá a este poeta tan amable...
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