Se han roto los zapatos que llevo de tanto y tanto caminar,
se han roto y no tengo dinero para comprar otros...
Descalzo seguiré caminando aunque las piedras del camino
hieran mis pies y mis dedos, llegaré sangrando a mi destino.
No me importa el peso de la cruz, no me importa cada paso
que deje atrás en la arena, solo me importa que al llegar estés tú.
Tropezaré cien veces, me levantaré y seguiré en el empeño
sacando fuerzas desde el corazón, desafiando a la suerte,
para poder seguir soñando con ese verdadero amor
que Dios me dio para amarlo hasta la muerte.
En mi sexta estación dame agua para lavar mi cara
que quiero estar alegre cuando llegue esa mujer enamorada...
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