Hoy me he vestido
con el traje gris de la soledad,
abandonando la esperanza
que ha dejado huérfanos mis sentidos.
El nudo de la ilusión
se deshizo en mi corbata,
dando a la vida el color
de una sentencia ingrata..
Se acabó creer en las promesas,
escuchar campanas en mitad de la lluvia,
beber el vino de la botella prestada
y buscar una sonrisa como la tuya.
El humo se disipa en el aire
como se esfuma la falsa certeza,
como se difumina el sonido del viento
sin dejar rastro ni pereza.
Hoy me he vestido para esperarte
sabiendo que no vendrás a la cita,
solo me queda la ilusión de volver a encontrarte
cuando el destino te traiga a mi vida...
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