Sali a la oscuridad de la noche
a buscar a mi amada luna,
soñando que estarìa en el cielo
donde su luz siempre brillarìa.
La busquè hasta debajo de los sueños,
buscando sus caricias una a una,
y solo encontrè un vaciò de ausencias
que se reflejaba en mi espejo.
No estaba mi amada luna, no estaba,
ni habia dejado cartas escritas,
ni palabras que consolaran mi espera.
ni las làgrimas dulces de mis versos.
Quise llamarla pero guardè silencio,
pensando que estaba dormida
y que en la distancia
era yo quien acariciaba su pelo...
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