Pienso que soy un hombre
de los que ya no existen,
de esos que se emocionan y lloran
cuando las realidades nos visten.
De esos que la vida ha marcado,
sembrado de abandonos,
amante siempre enamorado
y a mis enemigos perdono.
Soy un hombre de palabra,
que cumple sin engaños,
escribidor de versos con el alma
mirando como pasan los años.
Hombre en su ocre otoño,
abandonado de pelo y barba blanca,
sonrisa ancha y figura delgada,
pero sobre todo un hombre que ama...
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