Duele el silencio
que hasta el alma hiere
marcado por la ausencia
de quien ya no te quiere.
Resuenan las palabras
buscando una salida
lejos de mi mente
donde el pájaro anida.
No brotan las lágrimas
por que no hay condena,
pero existe el veredicto
que no dicta mi pena.
Condenado sin crimen,
como un reo canalla,
que suplica a la puerta
de la sentencia que calla.
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