Desde la ausencia cercana
miro pasar las horas del reloj,
sólo, silencioso y reflexivo
consumiendo los segundos sin ti.
La razón más coherente
es el silencio y su nostalgia,
promesas, recuerdos
y palabras en la batalla.
Siento desde entonces
que algo me han quitado
en el interior de mi cuerpo
que ya no late en mi pecho.
Y así, en este vacío impuesto,
sigo esperando el regreso
y si no vuelves
me queda el sabor del último beso.
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