Caminé desnudo
sobre el alféizar de la vida,
en la línea que separa las lagrimas
y la felicidad del precipicio.
Sentí como la guadaña
me arrebataba lo más querido
y la impotencia se volvía
abnegación a todo culto u oficio.
Maldije al supremo Señor del universo
poseído por el dolor,
envuelto en la negra noche
que obnubiló mis pensamientos.
Soñé que viajaba sobre el pájaro
de blancas plumas en la noche
y en el horizonte, sobre el resplandor
del nuevo día, descubrí tu mano.
Me adherí a ella sintiendo mi corazón
palpitar a un ritmo sereno,
sorprendido, humilde, tierno y bueno,
por el amor que desprendía.
Desperté a la consciencia
en el punto más humano,
donde la transparencia de espíritu
serena hasta los volcanes.
Y caminaré envejeciendo
siempre, siempre juntos,
por haberme permitido
ser de nuevo yo a tu lado.
El universo se rige por leyes infalibles, todo en el tiene un sentido, un lugar , un destino.
ResponderEliminarEl nuestro ya lo sabes, era estar unidos.
Atravesamos la vida o ella nos atravesó a nosotros,sobrevivimos a el dolor y la adversidad por una sola razón,encontrarnos para comenzar a amar.
Siempre contigo, siempre a tu lado, siempre amándote.
Cecy
Qué bello amor... cristalino, profundo y sincero.
ResponderEliminarLindo poema, felicitaciones por ese amor que los inspira.
Saludos!
Amor, la vida tiene asignados sus colores, dolores y sabores para cada momento. Sobrevivir a ellos es un motivo más de felicidad que nos hace sentir vivos para el amor...
ResponderEliminarSiempre contigo.
José.
Diana, gracias por seguirme y leerme...
ResponderEliminarUn saludo.