Yo se que faltan mis flores,
esas que un día perfumaron,
desde el más tierno gesto,
el aire que envuelve tu ausencia.
No estarán para adornar
la cercanía de mi nostalgia
y brillará vacío el cristal
del pote que las llevaba.
Su lugar está en mi corazón,
donde nunca se marchitan
y en él levanté un pedestal
con aroma multicolor.
Mi falta de presencia
no es sinónimo de olvido,
vives conmigo y en mi
aunque sea en la infinita distancia.
Te siento cada día
envolverme en tu aura
y con una amorosa sonrisa
siento tus besos en mi alma.