Reconozco tu voz
pero tú no quieres hablar conmigo.
No me dejas ser testigo
como deja el trigo a la hoz.
Trato de conversar contigo
pero no hay señales de acercamiento,
tú mejor que nadie sabes que no miento
cuando siempre trato de ser tu amigo.
No salen las palabras de mi boca,
ni puedo articular sonidos ni verbo
quedo inútil y me exacerbo
cuando la expresión se disloca.
Déjame entrar en tu corazón infinito
que tú siempre has reinado en el mío
tápame con tu manta que tengo frío
y dame el calor que necesito.
Dame la mano que me hace falta
para estrecharla con calor
por que me sobra, amigo, el fervor
para seguirte con la frente alta.
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