Se me antoja estrecha la sonrisa
sobre la silueta extraña de tu sombra.
Nidos sobre las olas de la playa
se han quedado sin golondrinas.
Se ha llenado el alero de mi casa
de más cariño del que esperaba
que se demuestra con las pequeñas cosas
que solo mi mente un día soñaba.
Y me envuelve una paz que deseaba
más allá de toda realidad.
La sangre se nota alocada
disfrutando tanta felicidad.
Llega la noche con olor a jazmines
extraños por la miel de su aroma,
dulce es la ternura que en mi casa asoma
y que llega de todos los confines.
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