Desafié a los pájaros apostando que llegaría primero
y a la furia de los mares desde la proa de mi humilde velero...
Alcancé mi ansiada meta ganando todas las apuestas
para conseguir los propósitos donde tenía mis esperanzas puestas.
Volví y partí de nuevo... Renovadas esperanzas, ojos libres y risueños
en un mundo extraño donde compartir mi vida llena de sueños.
Ahora vivo entre la ternura y la austeridad; sin lamentos,
sin nada que me impida que vuelen mis pensamientos.
Han pasado dos años desde que el destino me arribó a puerto
donde deshice mis maletas con un pensamiento cierto.
Ondean en mi corazón los colores de una humilde quimera
por que quiero volver a caminar en mi río y su ribera...
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