He pasado toda mi vida repartiendo a los demás mi corazón,
tanto lo he derrochado que me he quedado solo con el dolor ...
Son señales evidentes de que en la vida se necesita más cordura
para seguir viviendo entre la pasión y la locura.
No quiero volver a sentir lo que me ha sobrado en el alma,
para qué, si de tanta emoción hasta he perdido la calma.
Quiero reverdecer mis viejos versos, olvidar el pasado,
montar en un corcel alado y llegar donde siempre he soñado.
Apagar las luces que iluminaron mis pasos en el camino,
incluso llorar de alegría cuando llegue a destino.
Me quedo anclado donde quieren mis ilusiones,
me quedo arrodillado a la orilla de un mar vacío de olas y arena ...
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