Canta sobre las ondas celestes
que llegan con el aire de la tarde.
Compañera, amiga, tu corazón arde
sobre los deseos más agrestes.
Ha quemado el fuego de mis besos
en esa parte tuya donde el calor fluye,
poderoso bálsamo que intuye
en tu cuerpo los deseos más espesos.
Vienes a mi con el deseo más ferviente,
soliloquio de imágenes donde soy protagonista,
con la avidez soñada desde tu punto de vista
para hacerlas realidad coherente.
Cuando quema tu aire desde el suspiro
te recibo, soñador, caballero andante
modelo de ruiseñor, amante,
y con mi alma te admiro.
Te has llevado adherido una parte de mi ser
entre las paredes más fervientes de tu anatomía,
aquí me quedo esperando el nuevo día
para que me vuelvas a querer.
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