Me iré despacito entre tus manos
sin olvidar lo que fuiste para mi
dejando a un lado los rencores
que en mi corazón puedan existir.
Llenaré mis maletas de todo el olvido
que pueda acumular entre las paredes
de este nido que un día fue de amor
y tú la más hermosa de las mujeres.
Me llevaré solo los buenos recuerdos
esos que compartimos sin miedos
esos que dieron rienda suelta
a los más tiernos placeres.
Los llevaré escondidos en mi piel
de donde nunca podrán borrarse
para que siempre recuerde a una mujer
que un día creyó enamorarse.
Después, en la soledad de los inviernos,
yo nunca te olvidaré...
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