Voy con el alma desnuda estos días,
el corazón contraído,
la mirada perdida en el pasado
sin pena ni alegría.
Me he quitado la camisa de seda
vistiendo mi cuerpo con una chaqueta raída.
El pantalón tiene los bolsillos rotos
desde que falta el metal de la armonía.
Mis pies van descalzos
sobre el asfalto de la calle,
solo, caminando con la mirada al frente
haciendo más larga mi agonía.
Se divisa el final del túnel
a lo lejos se ve la luz que yo quería
pero aún me faltan los brazos
que me acompañen a la salida...
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