En un escaparate de sueños
a media tarde
mirando la fina lluvia tras los cristales,
vestido a la última moda de invierno
quedo a la espera de poder abrazarte.
Maniquí con un corazón prestado,
sin sangre, ni sonrisa,
que no late en su burbuja
como alguien lo ha imaginado.
La expresión fría,
los ojos enamorados,
mis brazos no pueden estrecharte
como yo siempre lo he deseado.
Hoy tengo pantalón nuevo
y una camisa a cuadros,
solo me queda que vengas
a ver cómo le quedará a tu amado.
Compra mi envoltorio
y viste a ese hombre de mi
que en las ropas va el calor
que tengo guardado para ti...
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