Cuando escuchò mi voz
se emocionò
y yo recogì con un pañuelo
su làgrima impar.
Ella llora en soledad,
yo lloro en silencio,
ambos lloramos
por un mar de besos.
Hacìa tanto tiempo
que no eschaba mi eco
que en sus labios
dibujò una sonrisa.
Le llegò entre constelaciones
la respiraciòn
que la abrazò
como abraza la brisa.
Sus palabras
endulzaron su llorar,
las mìas le hicieron suspirar,
como suspira y extraña
quien llora por tanto amar...
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