Lo he pronunciado
con la ternura
amarga de tu ausencia;
sólo, pensando en ti.
Y el eco
se lo ha llevado el viento,
lejos, donde nadie
lo escucha y lo repita.
Convertido en una súplica,
sin dolor ni diccionario,
ausente tu cuerpo,
presente de alma.
Y se lo ha llevó el aire
como si nada le importara,
apagando el timbre
de mi voz emocionada.
Pero tengo fuerzas
para repetirlo,
hasta la saciedad
o hasta la muerte... Tu nombre...
Precioso, entrañable...de un padre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bello, infinitamente bello, hasta el cielo debe estar emocionado con tu voz de padre nombrando a su ángel.
ResponderEliminarCecy
Emocionante.
ResponderEliminarGracias Pepe, siempre en mis letras... Un abrazo.
ResponderEliminarMi amor, es emocionante escribir a María, tú sabes que ella está siempre presente en mi vida...
ResponderEliminarMuchas gracias tesoro por tu lindo comentario.
Tuyo siempre.
José.
Gracias ARO, siempre mi amigo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Latente y muy descriptivo
ResponderEliminares tu dolor; y amativo
se muestra tu corazón
paterno y recordativo.
Es sano y reparativo
glosar con repetición
esta infausta defunción
para un padre sensitivo.
Tus elegías sucesivas
te harán sentirte mejor
todo el tiempo que tú vivas;
pues tus versos de dolor
la mantendrán rediviva
como inmarcesible flor.
Abrazo.
E.V.S.
Muchas gracias amigo; siempre en mi corazón...
ResponderEliminarUn abrazo.