Siempre he sabido sembrar mis semillas
sin recoger nunca el fruto esperado...
Mi cosecha se ha limitado en saber
que quien pasó por mi vida nunca me ha olvidado
por que he sembrado y fertilizado con la esencia
de aquél que se siente enamorado.
Más nunca pude ver la fruta madura
verde se secaba en el árbol
ávida de besos y ternura
moría con mi nombre en sus labios.
Mi cariño es un valor muy preciado
y hay que dar mucho amor para poder disfrutarlo...
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