Llámame por mi nombre
cuando tengas la certeza que deseo.
Pronunciando despacio cada sílaba
podré escuchar lo que dicen tus sentimientos.
Llámame en un susurro melodioso
como si lanzaras tu voz al viento.
Propaga tu eco sobre las crestas de las olas
o en la nívea espuma que muere en la arena
donde yo estaré esperando
esa canción que suena en tu boca.
Solo dos palabras necesitaría para sentir
que mi vida va unida siempre a tu vida...
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