Me ha sonreído el cielo esta mañana cuando sentí la lluvia
caer sobre mi cabeza, cerré los ojos y suspiré con una sonrisa en mi boca...
Infinitos recuerdos llegaron a mi memoria acompañados
por la música que dejaban sobre el techo de zinc infinitas gotas.
Románticos pensamientos se dibujaron cuando contemplé tu espiga
incitando a seguir mis pasos bajo el monocorde sonido de la lluvia.
Nos tomamos de la mano desafiando a los elementos, locos enamorados,
hasta perdernos en el manto acuífero que mojaba nuestros cuerpos.
Disfrutando como niños bailamos al ritmo cálido del viento
cuando nos cobijamos bajo un árbol a nuestro regreso.
La ropa estaba mojada, sinónimos de alegría eran los besos,
cuando nos desnudamos lentamente para amarnos en silencio...
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