Esos labios abiertos, esa sonrisa de placer, invitan
con ojos ciegos, por si en ellos quiero beber...
Besaría tu boca hasta quedar borracho de tu sed,
hasta quedar ahogado en tu placer, hasta morir
en la orilla del mar de tu cuerpo, mujer,
o en el sabor de la saliva que embriaga tanto querer.
Respirar tu aire que me devuelve la vida de ayer
sumergido entre los pétalos que contemplé una vez,
esos que se desprenden de tu cuerpo
y que con el mío quieren volver a florecer.
Dime qué me has dado para que esto pueda ser
un pensamiento infinito, un sentimiento hacia usted...
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