Beberé en la orla de tus senos esta noche
hasta que se apague la sed que siento en mi alma...
Gotas de rocío en la madrugada, gritos de amor, calor
que, como una luz se prende, en la cavidad deseada.
Caminos en tu cuerpo que recorre un caballo desbocado
sin jinete ni montura hacia un camino mil veces soñado.
Llegará el alba, la luna se marchará tras la montaña,
y yo seguiré amándote, no digas nada, tus suspiros me bastan
por que al escucharlos he sentido la convicción
de saber que esta ha sido la noche deseada.
Cuando vengas a mis brazos trae contigo la sonrisa enamorada
esa que tanto me gusta aunque siempre vas callada...
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